EL NÚCLEO TERRESTRE
La estructura interna de la Tierra está compuesta por 3 capas: corteza, manto y núcleo. La primera es la capa superficial y la más delgada de todas, formada por varios tipos de rocas. El manto es la zona intermedia y representa más del 80 por ciento del volumen terrestre. Debajo se encuentra el núcleo, la capa más profunda y caliente del planeta, compuesto a su vez por dos capas: el núcleo interno y el núcleo externo.
A principios del siglo XX, los científicos estaban de acuerdo en que el planeta tenía un centro. Sin embargo, fue la sismóloga danesa Inge Lehmann la primera persona en descubrir y postular que en realidad el núcleo se compone de dos regiones con algunas propiedades distintas.
Aunque no ha sido posible cavar tan hondo hasta llegar a la última capa, los sismólogos saben de qué está hecha y cuáles son sus características más importantes gracias al estudio de los meteoritos el registro y estudio de eventos sísmicos y diversas investigaciones científicas.
Es una sólida región de forma redonda y composición metálica, principalmente hierro y níquel. Representa aproximadamente un 15 por ciento del volumen terrestre, un 32 por ciento de la masa y su tamaño es similar al del planeta Marte.
Las capas del núcleo terrestre son:
Núcleo externo: Es la región más superficial. Se ubica encima del núcleo interno y a unos 2,890 kilómetros de la superficie terrestre. Tiene un espesor de aproximadamente 2,300 kilómetros. A diferencia del núcleo interno, su contextura es líquida ya que no está sometido a la presión necesaria para solidificarse, pero ambos están constituidos de forma similar.
Núcleo interno: Es principalmente hierro sólido y tiene unos 1,200 kilómetros de espesor. Representa apenas el 1 por ciento de la masa de la Tierra, pero sus temperaturas son aún mayores que las de la capa exterior: entre 5,000 y 7,000 grados centígrados, es decir, similar o mayor a la temperatura de la superficie del Sol. A pesar de esto, el hierro no se funde ya que soporta la gran presión del planeta
Formación:
La Tierra se formó hace unos 4.5 millones de años. Durante sus primeros 100 millones de años de existencia, el planeta no era más que una caliente y líquida bola de rocas, pero las partículas del aún joven sistema solar comenzaron a chocar y algunas se unieron, lo que provoco el aumento de las temperaturas. Los compuestos del planeta se articularon y así fue como empezaron a diferenciarse y separarse entre sí. Las sustancias más pesadas se desplazaron hacia el fondo, y las más ligeras y menos densas subieron, de modo que las capas empezaron a tener propiedades diferentes. El núcleo interno comenzó a solidificarse hace 1 o 2 millones de años.
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